sábado, 18 de septiembre de 2010

FERNANDO LUGO, TROFEO COMUNISTA PARA EL PLAN COLOMBIA


Es harto conocido que Estados Unidos viene buscando desde hace años promover conflictos entre los países sudamericanos para contrarrestar los esfuerzos, liderados por la Venezuela bolivariana, de lograr la integración y segunda independencia de América Latina, que esta vez pasaría por romper las cadenas que atan a estos países al imperio norteamericano.

Los esfuerzos bélicos del imperio encontraron brazos receptivos sobre todo en las autoridades colombianas, quienes el primero de marzo del año 2008 realizaron una invasión no autorizada en territorio ecuatoriano y masacraron a sangre fría a las personas presentes en el campamento de Raúl Reyes , a pesar de incluir un grupo de estudiantes mexicanos-y otros visitantes ajenos al conflicto. "Por fuentes humanas e información verificada por la inteligencia del Estado, el gobierno colombiano se enteró que guerrilleros del Frente 48 de las FARC se encontraban cerca de la frontera con Ecuador, en un lugar denominado Granada, y que en la noche del 29 de febrero, el miembro del Secretariado, alias Raúl Reyes, haría presencia en ese punto". "Se preparó una operación para atacar el lugar (...) en el sitio que había señalado la fuente, operación que se inició en la madrugada de hoy, exactamente, a las 00:25 (hora local) con un bombardeo por parte de la Fuerza Aérea Colombiana"informaría entonces el ministro de Defensa colombiano Juan Manuel Santos, omitiendo la participación norteamericana en la operación.

El cura- presidente paraguayo Fernando Lugo se ha mostrado complaciente con la estrategia promovida por el imperio esta semana, cuando recibió al canciller de Colombia Jaime Bermúdez, en su despacho del Palacio de Gobierno. En la oportunidad dialogaron en relación al acuerdo de cooperación represiva firmado entre ambas cancillerías, según informó el portal informativo de la Presidencia del Paraguay.

Los cancilleres de Paraguay Hèctor Lacognata y Colombia Jaime Bermudez suscribieron el martes un acuerdo de “combate al terrorismo y el crimen organizado”,según anunciaron, en un esfuerzo de Lugo por eludir las amenazas de juicio político que provienen sobre todo desde los grupos adictos al imperio en la sociedad paraguaya..

Tras la reunión en el Ministerio de Relaciones Exteriores, Bermúdez se entrevistó con el presidente Fernando Lugo y màs tarde se dirigió al Congreso. Su visita de dos dìas se produce un mes después de la asistencia de expertos colombianos a las autoridades paraguayas que procuraban resolver el secuestro del rico hacendado Fidel Zavala.

Este fue liberado el 17 de enero por sus captores, presuntamente miembros del autodenominado Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP), tras 96 días de cautiverio.

Los del EPP habrían recibido entrenamiento por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), según las autoridades paraguayas, que se abstienen sin embargo de mencionar que tres de los principales líderes del grupo armado fueron discípulos del mismo Fernando Lugo en un seminario de San Pedro, y que el grupo y sus movimientos políticos y organizaciones gremiales anexas fueron importantes aliados políticos de la coalición gobernante para ganar las elecciones del 20 de abril del 2008..

Para intentar encubrir este acto de traición a la causa bolivariana y a sus aliados políticos de la izquierda, Lugo apeló a un histriónico acto de condecoración a un viejo dirigente comunista de la l”línea pacifista” de su partido, Ananías Maidana, en un acto que desató una nueva polémica dentro de la izquierda.

La condecoración se realizaba mientras en una sala contigua aún estaba fresca la firma con la cual Lugo comprometía al Paraguay con el Plan Colombia, que se alzaba así con su trofeo comunista.

Un conocido luchador por los Derechos Humanos criticó en una carta al dirigente comunista Ananías Maidana por aceptar ser condecorado por un gobierno- el de Fernando Lugo- al cual tildó de "Sucursal del Plan Colombia". Dice la nota:

Apdo Camarada
Con sorpresa me entero que Ananías va recibir consideración del GOBIERNO y PRIMERA SUCURSAL DEL PLAN COLOMBIA EN SURAMERICA (el de Fernando Lugo).

Creo que en respeto a la dignidad de nuestros campesinos perseguidos,envenenados con agrotóxicos, nuestros indigenas hambrientos y tuberculosos y abandonados debe condicionar su recibo a que el Gobierno demuestre que realmente esté comprometido a considerar el verdadero respeto a nuesros derechos y dignidad de PAIS INDEPENDIENTE .

Creo que el Compañero Ananías hará honor a su historia de lucha.

Joel Filartiga
Paralelamente, el compromiso del Paraguay con la estrategia imperialista promovida a través de Colombia y su presidente, Alvaro Uribe, motivó una airada respuesta del marxista Partido de los trabajadores, que se lee a continuación:

PT rechaza nuevo pacto Lugo-Uribe
El gobierno de Lugo-PLRA esta decidido a colombianizar el aparato represivo del país.

En solemne acto realizado en la Cancillería nacional, los gobiernos de Lugo y Uribe suscribieron otro acuerdo “para luchar contra el terrorismo y el crimen organizado”. En presencia del canciller Héctor Lacognata, el ministro de Relaciones Exteriores de Colombia, Jaime Bermúdez, acompañado de altos jefes policiales de su país, explicó que el acuerdo servirá para la “formación, estructuración y capacitación del personal policial”. Se formaliza lo que, en los hechos, venía ocurriendo.

Las buenas relaciones entre Lugo y Uribe datan desde los inicios del gobierno del ex Obispo. Pero en los últimos meses dieron un salto evidente. Fernando Lugo, sin contentarse con aplicar los métodos represivos colombianos en nuestro país, recientemente se deshizo en elogios al asesino Álvaro Uribe. Durante la cumbre de presidentes de Latinoamérica en México, aseguró jactancioso: “con Colombia tenemos una de las mejores relaciones en América Latina. Dio la casualidad de que en esa cumbre, el único presidente con el que he pedido una reunión bilateral fue con Uribe para tratar de convenios de cooperación. Me aseguró (Uribe) que estamos en buen momento para extirpar el mal del secuestro y el terrorismo” (ABC, 6/3/10).

¿Se puede pedir mayor claridad en esta declaración? No es necesario explicar demasiado el papel y la política del gobierno con el que Lugo dice tener “una de las mejores relaciones en América Latina”: un gobierno lacayo del imperialismo yanqui, que actúa como su plataforma política y militar dentro del continente y que, según informes de la propia Fiscalía colombiana en base a confesiones de los ex paramilitares, se cometieron 30.470 asesinatos, 2.500 desapariciones forzadas y 1.000 masacres en diferentes regiones del país. (Agencia ANSA, 17/2/10). Todo con aval y protección político-jurídica de Uribe. Hay decir las cosas como son: Lugo transa con asesinos.

El Partido de los Trabajadores (PT) rechaza este nuevo acuerdo con Uribe. El mismo no tiene otro fin que perfeccionar la represión a las luchas sociales y populares.

Sigue la cacería en el norte
Hay que reconocer que Lugo y Uribe están “por buen camino”, pero en el sentido de reprimir y criminalizar las luchas en nuestro país. Los operativos militar-policial-fiscales, aunque con menos destaque mediático, continúan en el norte, donde en los hechos se vive un estado de sitio. Tal como lo había anunciado Lugo, el aparatoso despliegue no iba ser por una o dos semanas. La excusa sigue siendo el denominado EPP, en nombre de su captura se pagan (con dinero del pueblo) millonarias recompensas a nuevos pyragués[1]; pero la cuestión de fondo, la verdadera tarea estratégica es derrotar al movimiento campesino y de masas, en esa conflictiva zona, y en todo el país.

El “gran desafío” de Lugo
No por casualidad, en una reciente entrevista, al ser consultado sobre el “gran desafío de su gobierno ahora”, Lugo respondió: “La seguridad. El tema de la seguridad es el gran desafío. Un elemento es tener unas fuerzas policiales bien equipadas, estructuradas, que puedan dar respuestas rápidas en momentos de inseguridad” (La Nación, 7/3/10). La “seguridad”, ¡cuando no!, pero la seguridad para los ricos propietarios.

¡Impulsemos acciones unitarias!
Lugo-Filizzola, con asesores colombianos y norteamericanos, están reforzando al máximo el aparato represivo. Es preciso denunciar y combatir esta política reaccionaria y macartista. El acuerdo con Uribe esta en el sentido de profundizar esta política.

Se impone la unidad para luchar, tal como el reciente acto de la OCN y otras fuerzas sociales en Concepción que, de cara a la represión, salieron a las calles a protestar.

Llamamos a la izquierda en general a rever su política de apoyo o silencio cómplice ante la continuidad de las tropas especiales en el norte. Sólo una acción unitaria y masiva, que exprese un claro repudio a esta política del gobierno y que goza de la simpatía de la derecha tradicional, puede tener la contundencia necesaria para cambiar la situación.

Comité Ejecutivo - PT. Asunción, 10 de marzo de 2010.

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