El 8 de setiembre de 2009 Camilo Soares firmó en nombre de la Secretaría de Emergencia un contrato con la empresa Rivas Reveco SRL por G. 786 millones para la construcción de las obras civiles para la desalinizadora en Irala Fernández, Chaco. Extrañamente, luego apareció otro contrato igual, con la misma fecha, para el mismo fin, también firmado por Camilo, pero por G. 1.639 millones.
La compra de las tierras sobrefacturadas del brasileño Ulisses Rodrigues Teixeira, por otro lado, sigue siendo uno de los puntales del plan de reforma agraria que relanzará el gobierno de Fernando Lugo, y que promete grandes ganancias para el Rasputín palaciego de Lugo, Miguel López Perito.
Estos y otros gravísimos hechos de corrupción en el gobierno del cura Fernando Lugo, son pasados por alto por el principal cabecilla, dado que se trata de negociados favoritos de las altas esferas.
LO DICE LA MISMA PRENSA QUE LO APOYÓ (Editorial de Ultima Hora)
El presidente Fernando Lugo, en su campaña electoral, había prometido superar los vicios de los colorados en el poder. Los hechos de su gobierno, sin embargo, lo desmienten. La designación de la esposa de uno de sus amigos y principales colaboradores en un cargo de relevancia en Itaipú ratifica que la amistad está por encima del concurso de méritos para acceder a un cargo.
El jefe de Estado - después de las críticas que recibió por dar preferencia a personas ligadas a él para encargarse de responsabilidades de alto nivel de exigencias- debió haber aprendido la lección. Y hubiera adoptado la determinación de no reeditar en ninguna institución estatal los nombramientos a dedo, aquellos que solo se explican desde el punto de vista de las relaciones personales y no del cumplimiento de requisitos legales para acceder a un cargo público.
Está visto que - al igual que sus predecesores- carece de la más mínima intención de superar el nepotismo, rendir pleitesía a los valores afectivos y eliminar de la administración pública las designaciones que solo generan repudio en la opinión ciudadana. Los últimos nombramientos en la administración pública no son sino instrumentos que responden a su voluntad.
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